El Principado

El antiguo Principado de Seborga aparece por primera vez en los libros de Historia en el año 951, cuando los nobles de la zona lo donaron a una orden de monjes benedictinos.

En 1079, los monjes se convirtieron en príncipes. El último miembro de la orden vendió el Principado a la Casa de Saboya en el siglo XVII, pero la compra nunca quedo registrada documentalmente.

En el Congreso de Viena de 1815, cuando se volvió a dibujar el mapa de Europa tras la caída del emperador Napoleón, Seborga no fue incluida en la lista de territorios restituidos al Piamonte italiano. Ni tampoco aparece entre el conjunto de estados que se unieron para constituir la nación italiana en 1861.

El príncipe Giorgio asegura que el mismo Mussolini no consideraba a Seborga parte de Italia y que prueba de ello es que durante la Segunda Guerra Mundial «las tropas de la Alemania nazi hicieron una conquista simbólica de la localidad. Pero en 1948, de repente, éramos parte de Italia».

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